Durante una prueba de sangre para herpes, se introduce una aguja en la vena y se recolecta sangre en un vial hermético o una jeringa. Se lleva la muestra a un laboratorio y se evalúa para determinar la presencia y cantidad de anticuerpos. El examen se realiza para detectar si una persona está infectada del virus herpes simple (I ó II). Este examen no detecta el virus en sí, pero si aparecen anticuerpos al virus, se sabe que la persona estuvo infectada en algún momento de su vida. Si la infección es muy reciente, de unas pocas semanas hasta un mes, puede que no se detecten anticuerpos, pero aun así la persona puede estar infectada.
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