La reimplantación de una parte amputada se debe realizar idealmente entre cuatro a seis horas después de la lesión, aunque se han reportado resultados exitosos hasta 24 horas después de la lesión, si la parte amputada se mantuvo en frío. Durante la cirugía, los huesos, tendones, ligamentos, nervios y vasos se vuelven a unir. El éxito depende de que el suministro de sangre pueda ser completamente restablecido en la porción amputada y que los nervios se reconecten exitosamente. El cuidado adecuado de la parte amputada es vital para el éxito de la reimplantación. Bajo condiciones adecuadas, el pronóstico a largo plazo, en cuanto a la restauración de la función de la parte amputada, es bastante bueno.
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