El accidente isquémico transitorio (AIT) es producido por un estado temporal de reducción del flujo sanguíneo en una parte del cerebro. Con frecuencia, la causa son pequeños coágulos sanguíneos que obstruyen temporalmente una porción del cerebro. El suministro sanguíneo al cerebro se realiza a través de dos arterias que se encuentran en el cuello (las arterias carótidas), las cuales se ramifican en el cerebro hacia múltiples arterias que abastecen áreas específicas del cerebro. Durante un AIT, la interrupción temporal del suministro sanguíneo a un área del cerebro ocasiona una reducción breve y repentina en la función cerebral.
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