El estómago conecta el esófago con el intestino delgado y actúa descomponiendo el alimento en pequeñas partículas que pueden ser absorbidas por el intestino delgado. En caso de problemas estomacales crónicos, tales como úlceras, obesidad o cáncer se puede indicar la extirpación parcial o total del estómago. En el procedimiento, la porción enferma del estómago se elimina y el intestino delgado es adherido a la parte del estómago restante para mantener la integridad del tracto digestivo. Se le coloca al paciente una sonda nasogástrica para mantener el estómago vacío y en reposo después de la cirugía. Después de varios días y cuando el estómago vuelva a funcionar normalmente, se extrae la sonda y el paciente comienza a ingerir alimentos líquidos claros y, gradualmente, progresa hacia una dieta completa y normal.
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