La biopsia muscular implica la extracción de una porción de tejido mediante una aguja para ser examinada posteriormente. Algunas veces se necesita más de una inserción de la aguja para obtener un espécimen más grande. Se puede realizar una biopsia abierta si se sospecha de parches. La biopsia abierta implica una pequeña incisión a través de la piel hasta llegar al músculo, de forma que se pueda extirpar una muestra de tejido muscular en el área afectada. Puede presentarse algún sangrado o una ligera contusión en el sitio; sin embargo, los riesgos de este procedimiento son mínimos.
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