Se somete a los recién nacidos a extracciones rutinarias de sangre, que se obtiene al puncionar el talón y se recolecta en un papel secante especial. Posteriormente se realizan exámenes de sangre de rutina, como el de fenilcetonuria y la determinación del tipo sanguíneo. En muchos hospitales se realizan otros exámenes, tales como el de función tiroidea, el de hemoglobina S (enfermedad drepanocítica) y para el diagnóstico de otros trastornos de la sangre (hemoglobinopatías). Los exámenes se pueden adaptar a la población local, determinando las pruebas de rutina que se deban hacer.
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