La inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis) se puede producir cuando los anticuerpos que se han adherido a los antígenos en la sangre (complejos inmunes) se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos. Estas manchas violáceas pueden ser palpadas en la piel y no palidecen cuando se presionan. A medida que la condición progresa, pueden agrandarse y tomar una apariencia de magulladura (o equimosis) y algunas pueden manifestar ulceración o necrosis (muerte tisular) en la parte central.
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