A los recién nacidos se les examina su audición de manera rutinaria poco después de nacer para prevenir retrasos en las habilidades normales del lenguaje. En un examen, se coloca un pequeño auricular en la parte externa del oído del bebé. El auricular emite sonidos de chasquidos dentro del oído del bebé y el micrófono en dicho auricular detecta sonidos cercanos. Los sonidos deben hacer eco en el conducto auditivo externo. Si no hay eco, es una señal de hipoacusia.
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