Los métodos anticonceptivos artificiales funcionan de diferentes formas para disminuir la probabilidad de que la relación sexual resulte en un embarazo. Los métodos de barrera como condones (masculinos o femeninos), diafragmas (con o sin espermicida) y esponjas (con espermicidas) tienen como su primera línea de defensa el bloqueo físico de la entrada del espermatozoide en el útero. Si el espermatozoide no puede alcanzar el útero, no se puede fertilizar el cigoto y no es posible el embarazo. Los dispositivos intrauterinos (DIU) truncan el ambiente uterino normal. Las hormonas en los anticonceptivos orales e implantes hormonales inhiben la ovulación y sin un huevo fértil no es posible el embarazo. Los anticonceptivos orales, los DIUs y las hormonas pueden ser utilizados como anticonceptivos de emergencia en el caso de sexo sin protección, pero ninguno representa una protección contra las enfermedades de transmisión sexual.
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