Debido a la descarga esporádica de la GH, al paciente se le sacará sangre un total de cinco veces durante varias horas. En lugar del método tradicional de extracción de sangre (punción de la vena), se coloca un catéter intravenoso para tomar la muestra de sangre cada vez que se necesite.
Preparación para la prueba:
El paciente debe ayunar y limitar la actividad física entre 10 y 12 horas antes de la prueba. Si el paciente está tomando ciertos medicamentos, es posible que el profesional de la salud le pida que los suspenda antes de la prueba, porque pueden afectar los resultados.
Al paciente le piden que se relaje durante, por lo menos, 90 minutos antes de la prueba, porque el ejercicio o el incremento de la actividad puede alterar los niveles de la GH.
Si le van a realizar esta prueba a un niño, es aconsejable explicarle lo que sentirá durante la misma e incluso practicarlo o demostrarlo con un muñeco. También se le debe explicar que esta prueba requiere la colocación temporal de un catéter intravenoso. El niño sentirá menos angustia cuanto más familiarizado esté con lo que va a pasar y con el propósito del procedimiento.
Lo que se siente durante la prueba:
Cuando se inserta la aguja, algunas personas sienten un dolor moderado, mientras que otras sienten sólo un pinchazo o sensación de picadura. Después, se pueden presentar algunas palpitaciones.
Los riesgos asociados con la punción en la vena son leves:
- Sangrado excesivo
- Desmayo o sensación de mareo
- Hematoma (acumulación de sangre bajo la piel)
- Infección (un riesgo ligero que se presenta en cualquier situación en que se perfora la piel)
- Múltiples perforaciones para localizar venas
- Señales clínicas y síntomas de hipoglucemia, si se suministra insulina por vía intravenosa
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