La continencia urinaria es controlada por un esfínter muscular que rodea la uretra en el punto donde se encuentra la salida de la vejiga.

En los hombres, se utiliza un esfínter urinario artificial para tratar la incontinencia por estrés causada por un mal funcionamiento de la uretra, como después de una cirugía de próstata. Este procedimiento se lleva a cabo tanto en hombres como en mujeres que presentan problemas de funcionalidad del esfínter causadas por lesiones en la médula espinal o por esclerosis múltiple.

Antes de optar por este tratamiento, la mayoría de los expertos aconseja el uso de medicamentos y de terapia para entrenar de nuevo la vejiga. Entre las alternativas que existen para este procedimiento se encuentra el cabestrillo que se les coloca a las mujeres o la inyección periuretral de colágeno que se coloca tanto en hombres como en mujeres.

El esfínter artificial está conformado de tres partes:

• El manguito de presión que se ajusta alrededor del cuello de la vejiga
• El globo regulador de presión
• La bomba que se encarga de inflar el manguito de presión

Para tratar la incontinencia urinaria, se coloca un manguito de presión alrededor del cuello de la vejiga. Cuando se infla el manguito, la uretra queda bien cerrada. El globo encargado de regular la presión se coloca por debajo de los tejidos de la región inferior del abdomen y luego se llena con liquído. De vez en cuando, se utiliza una solución a base de yodo para que el globo sea más visible al momento de realizar procedimientos que utilizan rayos X.

En el caso de la mujer, el mecanismo de la bomba de control se coloca en los labios de la vulva y en el caso del hombre, en el escroto. Para utilizar el esfínter, el paciente ejerce presión apretando la bomba de manera que el fluido sea desviado del manguito de presión de la uretra hacia el globo, lo que permite que el esfínter se relaje y el paciente pueda orinar. El manguito de presión vuelve a inflarse por sí solo al cabo de tres a cinco minutos.

Cuando se encuentra inflado, el manguito de presión contrae la uretra y bloquea el paso de la orina. Al desinflarse, reduce la presión en la uretra y permite el paso libre de la orina.

Si el paciente tiene colocado un esfínter urinario artificial, también saldrá de la operación con una sonda de Foley colocada, la cual se le retirará antes de darle de alta del hospital. Para permitir que los tejidos sanen, no se inflará inmediatamente después de la cirugía el manguito de presión del esfínter artificial. Al paciente se le enseñará cómo activar la bomba que infla el esfínter artificial transcurridas unas seis semanas de la intervención.