Absceso epidural

Definición

Un absceso epidural es una acumulación de pus (material infectado) y gérmenes entre la cubierta exterior del cerebro, la médula espinal y los huesos del cráneo o la columna vertebral. Este absceso causa hinchazón en el área.

Nombres alternativos

Absceso de la médula espinal

Causas

Un absceso epidural es un raro trastorno causado por infección en la zona entre los huesos del cráneo o la columna vertebral, y las membranas que recubren el cerebro y la médula (meninges). Esta infección se denomina absceso epidural intracraneal si se encuentra en la zona del cráneo. Se llama absceso epidural raquídeo si se encuentra en la zona de la columna vertebral. La mayoría están localizados en la columna.

La infección en la columna generalmente es causada por bacterias, pero puede ser causada por hongos. Puede deberse a otras infecciones en el cuerpo (especialmente una infección urinaria) o a microorganismos que se diseminan a través de la sangre. No obstante, en algunas personas no se encuentra ninguna otra fuente de infección.

Un absceso dentro del cráneo es llamado absceso epidural intracraneal. La causa puede ser cualquiera de las siguientes:

Un absceso en la columna vertebral se conoce como absceso epidural raquídeo. Puede verse en personas en cualquiera de las siguientes situaciones:

Las personas que se inyectan drogas también están en mayor riesgo.

Síntomas

Un absceso epidural raquídeo puede causar estos síntomas:

Un absceso epidural intracraneal puede causar estos síntomas:

Los síntomas neurológicos dependen de la ubicación del absceso y pueden incluir:

Pruebas y exámenes

El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico para detectar la pérdida de funciones, como el movimiento o la sensibilidad.

Los exámenes que se pueden hacer incluyen:

Tratamiento

El objetivo del tratamiento es curar la infección y reducir el riesgo de daño permanente. El tratamiento generalmente incluye antibióticos y cirugía. En algunos casos, solamente se utilizan antibióticos.

Los antibióticos generalmente se administran por vía intravenosa (IV) durante 4 a 6 semanas. Algunas personas necesitan tomarlos por un período más prolongado, según el tipo de bacteria y la gravedad de la enfermedad.

La cirugía para drenar o eliminar el absceso puede ser necesaria. Con frecuencia esta operación es necesaria para reducir la presión sobre la médula espinal o el cerebro si existe debilidad o daño en los nervios.

Expectativas (pronóstico)

El diagnóstico y tratamiento oportunos mejoran ampliamente la posibilidad de un buen pronóstico. Una vez que se presenta debilidad, parálisis o cambios en la sensibilidad, la posibilidad de recuperar la función perdida disminuye en gran medida. Se puede presentar daño neurológico permanente o la muerte.

Posibles complicaciones

Las complicaciones pueden incluir:

Cuándo contactar a un profesional médico

Un absceso epidural es una emergencia. Vaya a la sala de emergencias o llame Llame al 911 o al número local de emergencias si tiene síntomas de un absceso en la médula espinal.

Prevención

El riesgo de absceso epidural se puede reducir con el tratamiento de ciertas infecciones como infecciones del oído, sinusitis e infecciones del torrente sanguíneo. El diagnóstico y tratamiento oportunos son importantes para prevenir complicaciones.

Referencias

Rajasekaran S, Viswanathan VK, Shetty AP. Primary infections of the spine. In: Steinmetz MP, Berven SH, Benzel EC, eds. Benzel's Spine Surgery. 5th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2022:chap 44.

Tunkel AR. Subdural empyema, epidural abscess, and suppurative intracranial thrombophlebitis. In: Bennett JE, Dolin R, Blaser MJ, eds. Mandell, Douglas, and Bennett's Principles and Practice of Infectious Diseases. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 91.


Actualizado: 12/4/2022
Versión en inglés revisada por: Jatin M. Vyas, MD, PhD, Associate Professor in Medicine, Harvard Medical School; Associate in Medicine, Division of Infectious Disease, Department of Medicine, Massachusetts General Hospital, Boston, MA. Also reviewed by David C. Dugdale, MD, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: HolaDoctor
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