Hematoma epidural

Definición

Es un sangrado entre la parte interior del cráneo y la cubierta externa del cerebro (denominada duramadre). 

Nombres alternativos

Hematoma extradural; Hemorragia extradural; Hemorragia epidural: HE

Causas

Un HE a menudo es causado por una fractura en el cráneo durante la infancia o la adolescencia. La membrana que cubre el cerebro no está tan firmemente adherida al cráneo como lo está en personas de mayor edad y en niños menores de 2 años. Por lo tanto, este tipo de sangrado en más común en las personas jóvenes.

Un HE también se puede presentar cuando hay ruptura de un vaso sanguíneo, generalmente una arteria. El vaso sanguíneo sangra en el espacio que queda entre la duramadre y el cráneo.

Los vasos afectados con frecuencia se rompen por fracturas craneales. En la mayoría de los casos, estas fracturas son el resultado de un traumatismo craneal grave, como los causados por accidentes de motocicleta, bicicleta, monopatín, tabla de snowboard o automóvil.

Un sangrado rápido causa una acumulación de sangre (hematoma) que presiona el cerebro. La presión dentro de la cabeza (presión intracraneal, PI) aumenta rápidamente. Esta presión puede ocasionar una lesión cerebral adicional.

Síntomas

Contacte a un proveedor de atención médica en caso de cualquier traumatismo craneal que produzca una pérdida del conocimiento así sea breve, o si se presentan otros síntomas después de dicha lesión (aun sin pérdida del conocimiento).

El patrón típico de síntomas que indica un HE es la pérdida del conocimiento, seguida de un período de lucidez mental y luego pérdida del conocimiento de nuevo. Pero es posible que este patrón NO aparezca en todas las personas.

Los síntomas más importantes de un HE son:

Los síntomas generalmente ocurren en cuestión de minutos a horas después de un traumatismo craneal e indican una situación de emergencia.

En ocasiones el sangrado no comienza por horas luego del traumatismo craneal. De igual forma, los síntomas de presión en el cerebro tal vez no ocurran de inmediato.

Pruebas y exámenes

El examen del cerebro y el sistema nervioso (neurológico) puede mostrar que una parte específica del cerebro no está funcionando bien (por ejemplo, puede haber debilidad en el brazo de un lado).

El examen también puede mostrar signos de incremento de la PI, como son:

Si se presenta aumento de la PI, puede ser necesaria una cirugía de urgencia para aliviar la presión dentro de la cabeza y prevenir una lesión cerebral mayor.

Una tomografía computarizada de la cabeza sin contraste confirmará el diagnóstico de un HE y señalará la localización exacta del hematoma y cualquier fractura de cráneo asociada. Una resonancia magnética pude ayudar a diferenciar los hematomas epidurales pequeños de los subdurales.

Tratamiento

Un HE es una afección de emergencia. Los objetivos del tratamiento incluyen:

Se pueden requerir medidas para brindar soporte vital al paciente. Con frecuencia se requiere cirugía de urgencia para reducir la presión dentro del cerebro. Esto puede incluir la perforación de un pequeño agujero en el cráneo para aliviar la presión y permitir que se drene sangre fuera del cráneo.

Puede ser necesario extraer los hematomas grandes o coágulos de sangre sólidos a través de una abertura más grande en el cráneo (craneotomía).

Los medicamentos administrados además de la cirugía varían de acuerdo con el tipo y gravedad de los síntomas y con el daño cerebral que se presente.

Se pueden utilizar medicamentos anticonvulsivos para controlar o prevenir convulsiones o crisis epilépticas. Algunos medicamentos denominados fármacos hiperosmóticos se pueden utilizar para reducir el edema cerebral.

Para las personas que toman anticoagulantes o padecen trastornos hemorrágicos, se pueden requerir tratamientos para prevenir futuros sangrados.

Expectativas (pronóstico)

Un HE presenta un alto riesgo de muerte sin una intervención quirúrgica oportuna. Incluso con la atención médica oportuna, sigue habiendo un riesgo significativo de muerte y discapacidad.

Posibles complicaciones

Existe un riesgo de lesión cerebral permanente, aun si se trata el HE rápidamente. Los síntomas (como las convulsiones) pueden perdurar varios meses, incluso después del tratamiento. Con el tiempo pueden volverse menos frecuentes o desaparecen. Las convulsiones pueden comenzar hasta 2 años después de la lesión.

En los adultos, la mayor parte de la recuperación ocurre en los primeros 6 meses. Normalmente hay alguna mejoría a lo largo de 2 años. 

Si existe daño cerebral puede que no se recupere completamente. Otras complicaciones incluyen síntomas permanentes como:

Cuándo contactar a un profesional médico

Acuda a la sala de urgencias o llame al 911 o al número local de emergencias si se presentan síntomas de HE.

Las lesiones en la columna ocurren a menudo con los traumatismos craneales. Si usted debe mover a la persona antes de que la ayuda llegue, trate de mantener su cuello y columna inmóviles.

Contacte a su proveedor si estos síntomas persisten después del tratamiento:

Acuda a la sala de emergencias o llame al 911 o al número local de emergencias si se presentan los siguientes síntomas después del tratamiento:

Prevención

Un HE puede no ser prevenible una vez que se ha presentado un traumatismo craneal.

Para minimizar el riesgo de traumatismo craneal, utilice equipo de seguridad apropiado (como cascos de seguridad, cascos de bicicleta o motocicleta y cinturones de seguridad).

Siga reglas de seguridad apropiadas en el trabajo, deportes y recreación. Por ejemplo, no se lance al agua si la profundidad se desconoce o si hay posibilidad de que haya rocas. 

Referencias

National Institute of Neurological Disorders and Stroke website. Traumatic brain injury. www.ninds.nih.gov/health-information/disorders/traumatic-brain-injury-tbi. Updated July 19, 2024. Accessed September 6, 2024.

Shahlaie K, Menon DK, Hawryluk GWJ. Clinical pathophysiology of traumatic brain injury. In: Winn HR, ed. Youmans and Winn Neurological Surgery. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2023:chap 384.

Wermers JD, Hutchison LH. Trauma. In: Coley BD, ed. Caffey's Pediatric Diagnostic Imaging. 13th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2019:chap 39.

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