Es una infección grave, incapacitante y con frecuencia potencialmente mortal que se observa en bebés cuyas madres fueron infectadas con sífilis y no recibieron tratamiento. La infección se puede transmitir por medio de la placenta al bebé que aún no ha nacido durante el embarazo.
Sífilis fetal
La sífilis congénita es causada por la Treponema pallidum bacterium, la cual puede transmitirse de la madre al niño durante el desarrollo fetal o al nacer. Hasta la mitad de todos los bebés infectados con sífilis en el útero muere poco antes o después del nacimiento.
A pesar del hecho de que esta enfermedad puede curarse con antibióticos si se detecta de manera temprana, las crecientes tasas de sífilis entre mujeres embarazadas en los Estados Unidos han aumentado la cantidad de bebés nacidos con sífilis congénita desde 2013.
La mayoría de los bebés infectados antes del nacimiento parecen saludables. Los síntomas se pueden desarrollar con el tiempo. En bebés menores de 2 años, los síntomas pueden incluir:
Los síntomas en bebés mayores y niños pequeños pueden incluir:
Si se sospecha de una infección en el momento del nacimiento, se examinará la placenta en busca de signos de sífilis. Un examen físico del bebé puede mostrar signos de hinchazón del hígado y del bazo e inflamación del hueso.
Se hace un examen (de detección) de sangre de rutina para sífilis en todas las mujeres embarazadas. A las madres se les pueden practicar los siguientes exámenes de sangre:
A un bebé o a un niño cuya madre tenía sífilis se le pueden hacer los siguientes exámenes:
La penicilina es la opción de fármaco que se utiliza para tratar esta infección. Puede ser administrada por vía intravenosa (IV) o como una inyección.
Muchos bebés que resultaron infectados a comienzos del embarazo son mortinatos. El tratamiento de la futura madre disminuye el riesgo de sífilis congénita en el bebé. Los bebés que resultan infectados al atravesar la vía del parto tienen un mejor pronóstico que aquellos que resultaron infectados al comienzo del embarazo.
Los problemas de salud que pueden presentarse si un bebé no recibe tratamiento incluyen:
Comuníquese con su proveedor de atención médica si su bebé tiene signos o síntomas de esta afección.
Si usted cree que puede tener sífilis y está embarazada (o tiene planes de quedar embarazada), comuníquese con su proveedor de inmediato para hacerse una prueba de sífilis.
Las prácticas sexuales seguras ayudan a evitar la propagación de sífilis. Si usted sospecha que tiene una enfermedad de transmisión sexual como la sífilis, busque atención médica de inmediato para evitar complicaciones como infectar a su bebé durante el embarazo o al nacer.
El cuidado prenatal es muy importante. Durante el embarazo, se hacen exámenes de sangre rutinarios para detectar sífilis. Estos exámenes ayudan a identificar a las madres infectadas para que reciban tratamiento con el fin de reducir los riesgos para el bebé y para ellas mismas. Los bebés nacidos de madres infectadas, que recibieron el tratamiento adecuado con antibióticos durante el embarazo, tienen un riesgo mínimo de padecer sífilis congénita.
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