Es una afección que ocurre cuando el tendón que conecta la parte posterior de la pierna al talón se inflama y duele cerca de la parte inferior del pie. Este tendón se denomina tendón de Aquiles. Le permite empujar con su pie hacia abajo. Usted usa el tendón de Aquiles al caminar, correr y saltar.
Tendinitis del talón; Dolor de talón - Aquiles
Hay dos músculos grandes en la pantorrilla. Ellos generan la fuerza necesaria para empujar el pie o pararse en los dedos de los pies. El gran tendón de Aquiles conecta estos músculos al talón.
El dolor de talón casi siempre se debe a un uso excesivo del pie. En pocas ocasiones, es causado por una lesión.
La tendinitis debida a sobrecarga es más común en personas jóvenes. Puede ocurrir en caminadores, corredores u otros atletas.
La tendinitis aquílea puede ocurrir más probablemente si:
La tendinitis a raíz de artritis es más común en personas de mediana edad y adultos mayores. Se puede formar un crecimiento o espolón óseo en la parte posterior del talón. Eso puede irritar el tendón de Aquiles y causar dolor e hinchazón. El pie plano pone más tensión sobre el tendón.
Los síntomas incluyen dolor en el talón y a lo largo del tendón al caminar o al correr. El área puede sentirse adolorida y rígida en la mañana.
El tendón puede doler al tacto o al moverlo. El área puede estar hinchada y caliente. Usted puede tener dificultad para pararse de puntillas. Es posible que también tenga dificultad para encontrar zapatos cómodos a causa del dolor en la parte de atrás del talón.
El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico. Buscará sensibilidad a lo largo del tendón y dolor en el área del tendón cuando usted se para en los dedos de los pies.
Los problemas óseos se pueden diagnosticar con radiografías.
Se puede realizar una resonancia magnética del pie si usted está contemplando una cirugía o si hay una probabilidad de que haya un desgarro en el tendón de Aquiles.
Los principales tratamientos para la tendinitis aquílea no involucran cirugía. Es importante recordar que pueden pasar al menos de 2 a 3 meses para que el dolor desaparezca.
Pruebe aplicar hielo sobre la zona del tendón de Aquiles durante 15 a 20 minutos, 2 a 3 veces por día. Retire el hielo si la zona se entumece.
Los cambios en la actividad pueden ayudar a manejar los síntomas:
Su proveedor o fisioterapeuta pueden mostrarle ejercicios de estiramiento o ejercicios de carga excéntrica para el tendón de Aquiles.
También pueden ser necesario que haga cambios en el calzado, como:
Los antiinflamatorios no esteroides (AINE), tales como ácido acetilsalicílico (aspirin) e ibuprofeno, pueden ayudar a aliviar el dolor o la hinchazón.
Otro tratamiento incluye inyecciones, como plasma rico en plaquetas o esteroides para reducir la inflamación. Sin embargo, el tendón puede debilitarse incluso más y debe protegerse después de la inyección.
Si estos tratamientos no mejoran los síntomas, se puede necesitar cirugía para extirpar el tejido inflamado y las zonas anormales del tendón. En caso de que haya un espolón óseo que esté irritando el tendón, se puede usar cirugía para removerlo.
La terapia extracorpórea por ondas de choque (ESWT, por sus siglas en inglés) puede ser una alternativa a la cirugía para las personas que no han reaccionado favorablemente a otros tratamientos. Este tratamiento usa ondas sonoras en dosis bajas.
En la mayoría de los casos, los cambios en el estilo de vida ayudan a mejorar los síntomas. Tenga en mente que los síntomas pueden reaparecer si no se limitan las actividades que ocasionan el dolor o si no se mantiene la flexibilidad y la fortaleza del tendón.
La tendinitis aquílea puede hacer que uno tenga mayor probabilidad de sufrir una ruptura del tendón de Aquiles. Esta afección casi siempre causa un dolor agudo, como si lo golpearan en la parte posterior del talón con un garrote. Con frecuencia es necesaria la reparación quirúrgica. Sin embargo, la cirugía puede no ser tan exitosa debido a que el tendón ya está dañado.
Comuníquese con su proveedor si:
Los ejercicios para mantener los músculos de la pantorrilla fuertes y flexibles ayudarán a reducir el riesgo de tendinitis. La sobrecarga de un tendón de Aquiles débil o tenso lo hace más propenso a padecer tendinitis.
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