
|
Es un grupo de trastornos que involucran inflamación de las paredes de los vasos sanguíneos. El tamaño del vaso sanguíneo comprometido ayuda a determinar los nombres de estas afecciones y la forma en la que el trastorno causa enfermedades.
La vasculitis necrosante puede ser la afección primaria en personas con enfermedades como poliarteritis nudosa o granulomatosis con vasculitis asociada a ANCA (anteriormente llamada granulomatosis de Wegener). En otros casos, la vasculitis se puede presentar como parte de otro trastorno, como el lupus eritematoso sistémico o la hepatitis C.
Se desconoce la causa de dicha inflamación. Es probable que esté relacionada con factores autoinmunitarios. La pared de los vasos sanguíneos puede cicatrizar y engrosarse o morir (resultar con necrosis). El vaso sanguíneo puede cerrarse, interrumpiendo el flujo de sangre a los tejidos que irriga. La falta de flujo sanguíneo causará la muerte de los tejidos. Algunas veces el vaso sanguíneo puede romperse y sangrar (ruptura).
La vasculitis necrosante puede afectar los vasos sanguíneos de cualquier parte del cuerpo. Por lo tanto, puede ocasionar problemas en la piel, cerebro, pulmones, intestinos, riñones, articulaciones o cualquier otro órgano.
La fiebre, los escalofríos, la fatiga, la artritis o la pérdida de peso pueden ser los únicos síntomas al principio. Sin embargo, los síntomas pueden estar en casi cualquier parte del cuerpo.
Piel:
Músculos y articulaciones:
Cerebro y sistema nervioso:
Pulmones y vías respiratorias:
Otros síntomas incluyen:
El proveedor de atención médica realizará un examen físico completo. Un examen del sistema nervioso (neurológico) puede mostrar signos de daño a los nervios.
Los exámenes que se pueden realizar incluyen:
En la mayoría de los casos, se administran corticosteroides. La dosis dependerá de qué tan grave sea la afección.
Otros medicamentos que inhiben el sistema inmunitario pueden reducir la inflamación de los vasos sanguíneos. Estos incluyen azatioprina, metotrexato y micofenolato. Estos medicamentos con frecuencia son usados junto con corticosteroides. Esta combinación hace posible el control de la enfermedad con una dosis baja de corticosteroides.
Para la enfermedad grave la ciclofosfamida (Cytoxam) se ha utilizado por muchos años. Sin embargo, el rituximab (Rituxan) es igualmente efectivo y menos tóxico.
Recientemente, el tocilizumab (Actemra) mostró ser efectivo para la arteritis de células gigantes, así que se pueden disminuir las dosis de corticosteroides recetados.
La vasculitis necrosante puede ser una enfermedad grave y mortal. El pronóstico depende de la ubicación de la vasculitis y de la gravedad del daño a los tejidos. Pueden presentarse complicaciones por la enfermedad y por los medicamentos. La mayoría de las formas de vasculitis necrosante requieren de un seguimiento a largo plazo y tratamiento.
Las complicaciones pueden incluir:
Comuníquese con su proveedor si tiene síntomas de vasculitis necrosante.
Los síntomas de emergencia incluyen:
No se conoce ninguna forma de prevenir esta afección.
Chung SA, Monach PA. Anti-neutrophil cytoplasmic antibody–associated vasculitis. In: Firestein GS, McInnes IB, Koretzky GA, Mikuls TR, Neogi T, O'Dell JR, eds. Firestein & Kelley's Textbook of Rheumatology. 12th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2025:chap 90.
Dinulos JGH. Hypersensitivity syndromes and vasculitis. In: Dinulos JGH, ed. Habif's Clinical Dermatology. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 18.
Free M, Jennette JC, Falk RJ, Jain K. Renal and systemic vasculitis. In: Johnson RJ, Floege J, Tonelli M, eds. Comprehensive Clinical Nephrology. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2024:chap 26.
Rhee RL, Merkel PA. Classification and epidemiology of systemic vasculitis. In: Firestein GS, McInnes IB, Koretzky GA, Mikuls TR, Neogi T, O'Dell JR, eds. Firestein & Kelley's Textbook of Rheumatology. 12th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2025:chap 88.
Stone JH. The systemic vasculitides. In: Goldman L, Cooney KA, eds. Goldman-Cecil Medicine. 27th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2024:chap 249.