El alimento le brinda a nuestros cuerpos la energía que necesitamos para funcionar. El alimento es también parte de tradiciones y culturas. Esto puede significar que comer tiene también un componente emocional. Para muchas personas, cambiar los hábitos alimentarios es muy difícil.
Usted puede haber tenido ciertos hábitos alimentarios por tanto tiempo que no se da cuenta de que son malsanos. O sus hábitos simplemente se han vuelto parte de su estilo de vida cotidiana, así que usted no piensa mucho en eso.
Un diario de los alimentos es una buena manera de ayudarlo a conocer sus hábitos alimentarios. Lleve un diario de los alimentos durante una semana.
Recuerde, los pasos pequeños llevan a mayor éxito al hacer cambios más prolongados. Trate de no agobiarse con demasiadas metas. Es buena idea limitar su enfoque a no más de 2 o 3 metas a la vez.
Además, dele un vistazo a los hábitos saludables que tenga y siéntase orgulloso de estos. Trate de no juzgar sus comportamientos con mucha severidad. Es fácil enfocarse solo en sus hábitos malos. Esto puede llevarlo a que se sienta estresado o que tenga dudas sobre cómo intentar cambiar.
Adoptar nuevos hábitos y más saludables puede significar que usted:
Piense en qué desencadenantes, o indicadores, pueden estar causando algunos de sus hábitos alimentarios.
Mire su diario y encierre en círculo los desencadenantes repetitivos o regulares. Algunos podrían ser:
Empiece enfocándose en uno o dos desencadenantes que ocurrieron con mayor frecuencia durante su semana. Piense qué puede hacer para evitar esos desencadenantes, por ejemplo:
Busque opciones saludables para los refrigerios y planee con antelación:
Controle el tamaño de las porciones. Es difícil comerse unas pocas papitas fritas u otros alimentos tentadores cuando hay tanto frente a usted. Tome solo una pequeña porción y guarde el resto. Coma en un plato o un tazón en lugar de hacerlo directamente de la bolsa.
Coma lentamente:
Comer demasiado rápido lleva a comer en exceso cuando el alimento que usted ha ingerido no ha llegado a su estómago todavía y no le ha indicado a su cerebro que usted está lleno. Usted sabrá que está comiendo demasiado rápido si se siente lleno aproximadamente 20 minutos después de dejar de comer.
Solo coma cuando tenga hambre:
Elija alimentos más saludables y ricos en nutrientes:
Planee sus comidas:
El desayuno fija el tono para el día. Un desayuno abundante y saludable le dará a su cuerpo la energía que necesita para llegar hasta el almuerzo. Si no tiene hambre al despertar, puede probar con un vaso de leche o un pequeño batido de frutas y lácteos.
Planee un buen almuerzo que lo satisfaga y un refrigerio saludable en la tarde que le impida sentir demasiada hambre antes de la cena.
Evite saltarse las comidas. Omitir un refrigerio o una comida regular a menudo lleva a comer en exceso o hacer elecciones malsanas más tarde.
Una vez que haya cambiado 1 o 2 de sus viejos hábitos malsanos, trate de cambiar 1 o 2 más.
Puede pasar un tiempo antes de que usted pueda convertir sus hábitos malsanos en hábitos nuevos y saludables. Recuerde, a usted le llevó un tiempo formar sus hábitos actuales y puede tomarle simplemente el mismo tiempo cambiarlos. No se rinda.
Si vuelve a caer en un viejo hábito, piense en por qué reincidió. Trate otra vez de reemplazarlo por un nuevo hábito. Un desliz no significa que usted sea un fracaso. ¡Siga intentándolo!
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