Durante los chequeos mensuales, su médico la pesará, le revisará la presión arterial y tomará una muestra de orina para analizar la presencia de azúcar o proteína (lo cual puede ser una señal de diabetes gestacional o presión arterial alta inducida por el embarazo). Finalmente, le medirá el abdomen para ver si el bebé está creciendo en la proporción esperada.
Ahora su médico le ofrecerá una diversidad de pruebas como, por ejemplo:
En el primer trimestre, a usted probablemente le practicarán un grupo de pruebas conocidas en muchos centros de salud como "grupo de pruebas analíticas prenatales". Por lo general incluyen, entre otros, hemograma completo, determinación del grupo sanguíneo (incluyendo análisis de Rh), prueba del antígeno del virus de la rubéola, pruebas analíticas para hepatitis y examen de orina. Pueden realizarse otras pruebas, con base en sus antecedentes médicos y de embarazos anteriores.
Se puede realizar una ecografía en el primer trimestre para verificar la salud en el embarazo. La ecografía también confirmará la fecha probable de parto y que el feto esté dentro del útero y no sea un embarazo ectópico. La mayoría de las ecografías de diagnóstico se realizan en el segundo trimestre.
Los avances en el diagnóstico prenatal ahora permiten la detección de posibles problemas genéticos durante el primer trimestre. Mediante una ecografía, los médicos pueden medir la nuca del feto (llamada traslucencia nucal) para evaluar el riesgo de síndrome de Down. Cuando se la combina con una prueba de detección en suero para marcadores bioquímicos, esta prueba del primer trimestre es mejor que cualquiera otra prueba de detección para identificar el síndrome de Down. Los resultados de los exámenes se pueden utilizar solos o en combinación con la prueba de marcadores múltiples para determinar el riesgo del síndrome de Down.
A través de una muestra de vellosidades coriónicas (MVC), se puede detectar el síndrome de Down y otros trastornos genéticos ya a las 10 semanas de embarazo. Esta prueba es tan exacta como una amniocentesis en el segundo trimestre, pero ofrece riesgos adicionales. Para determinar qué procedimiento es el más apropiado para usted, analice las diferentes opciones con su médico, un genetista o un especialista maternofetal.
El segundo trimestre es un momento importante para las principales pruebas de detección y determinar su estado de salud y el de su bebé. El primer ultrasonido (también conocido como ecografía) es normalmente realizado al inicio del segundo trimestre para verificar la salud y edad del bebé. Si es necesario, la segunda ecografía generalmente se realiza al final de segundo trimestre o a comienzos del tercero. Ésta confirma lo que se descubrió con la primera ecografía y verifica cómo se está desarrollando el bebé. La ecografía y la prueba de detección en suero materno (ver más arriba) pueden conjuntamente ayudar a evaluar su riesgo de tener un bebé con problemas.
Al final del segundo trimestre, a usted se le harán exámenes para diabetes, hepatitis B, se le repetirá la prueba de enfermedades de transmisión sexual y se le puede practicar un examen pélvico para detectar si su cuello uterino está débil o dilatándose.
Unas semanas antes de su fecha probable de parto, su médico realizará una prueba para verificar si hay infección por estreptococos del grupo B en el perineo. Aproximadamente el 20% de todas las mujeres pueden ser portadoras de estas bacterias. Por lo general, ésta no provoca ninguna enfermedad en los adultos, excepto infecciones urinarias ocasionales. Ahora sabemos que los estreptococos del grupo B son la causa principal de infección en los recién nacidos que desarrollan sepsis (infección sistémica). Las mujeres que den positivo para estreptococos del grupo B recibirán una inyección intravenosa de antibióticos durante su trabajo de parto.
En el tercer trimestre, todavía es común que su médico realice exámenes pélvicos si usted presenta señales de período de dilatación o si se sospecha ruptura de membranas. Si parece que el bebé no está tan activo como se esperaba, o si usted tiene altos factores de riesgo, se deberá vigilar más de cerca al bebé. Una cardiotocografía en reposo, que rastrea el ritmo cardiaco del bebé y las contracciones por un periodo de 20 minutos, es un examen común usado en el tercer trimestre. Las ecografías se utilizan también para evaluar el crecimiento del bebé, verificar que el bebé se esté moviendo y detectar anomalías, cuando se sospecha que pueda existir alguna.