La anemia es una afección en la cual usted tiene muy pocos glóbulos rojos. Dichos glóbulos contienen una proteína llamada hemoglobina, la cual transporta el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos y el feto. El hierro se requiere para producir la hemoglobina. Para ayudar a producir más glóbulos rojos, su cuerpo requiere más hierro. Usted se puede volver anémica si no recibe suficientes cantidades de este mineral. En su estado antes del embarazo, necesitaba una dosis diaria de alrededor de 18 miligramos de hierro. Gracias al feto en crecimiento, ahora usted requiere alrededor de 27 miligramos por día.
Su médico puede detectar la anemia con una prueba de sangre que realizará en su primera visita prenatal. La mayoría de las mujeres pasan la prueba inicial de deficiencia de hierro con gran éxito. De hecho, la mayoría de las futuras madres inician el embarazo con suficientes reservas de hierro como para durar hasta la semana 20. En ese momento de su embarazo, el volumen de sangre aumenta enormemente y con el aumento de este volumen, a menudo, la hemoglobina en su sangre disminuye.
Puesto que los síntomas relacionados con la anemia a menudo ocurren normalmente como resultado del embarazo, con frecuencia no es fácil identificarla a partir de los síntomas solos. Sin embargo, los síntomas que acompañan la anemia son:
El café y el té contienen compuestos que disminuyen la absorción del hierro. Así que reduzca su consumo en horas de comida. La vitamina C puede ayudarle a su cuerpo a absorber más hierro. Entonces incluya alimentos ricos en vitamina C como jugo de cítricos y frutas, fresas, pimientos, verduras de hoja oscuras y patatas (papas). El hierro de la carne, el pescado y las aves de corral se absorbe mejor que el hierro de fuentes vegetales. Así que los vegetarianos deben ser especialmente diligentes respecto al hecho de tomar el suplemento de hierro recetado.
Generalmente, el tratamiento efectivo para la anemia consiste en tomar un suplemento de hierro por vía oral. Las píldoras de hierro son grandes y difíciles de tragar para algunas mujeres. De ser así, usted puede partirlas a la mitad y tomarse media con el desayuno y la otra mitad con el almuerzo. Tome mucha agua y consuma alimentos ricos en fibra, ya que el hierro puede causar estreñimiento. El médico también le puede recetar un laxante.
A las mujeres que no pueden tolerar el hierro oral se les suministrará hierro por infusión intravenosa e igualmente se las animará a aumentar el hierro en la alimentación. Si la anemia es grave y está combinada con algún tipo de hemorragia, entonces usted podría necesitar una transfusión de sangre, aunque esto es inusual.
La anemia grave aumenta el riesgo de problemas en el embarazo, entre ellos nacimiento prematuro, bajo peso al nacer y mortinato. Incluso la anemia leve es riesgosa para las madres, porque todas las mujeres pierden una cantidad importante de sangre en el momento del parto y no es bueno empezar con hemogramas bajos.
Para obtener los mejores resultados, evite la anemia durante el embarazo tomando las vitaminas prenatales, así como también los suplementos de hierro que su médico le recomiende.