Ya no es raro que las mujeres esperen hasta el final de sus 30 años o antes de los 40 para tener su primer bebé. Muchas mujeres tienen embarazos exitosos a los comienzos de los 40, pero hay mayores riesgos asociados con los embarazos de edad avanzada.
Las siguientes son algunas medidas que usted puede tomar para reducir las probabilidades de complicaciones:
Infertilidad: la probabilidad de quedar embarazada en un mes dado disminuye a medida que envejece y su riesgo de aborto espontáneo aumenta. Si usted es mayor de 35 años y ha estado intentando quedar embarazada por más de seis meses, debería hablar con su proveedor de atención médica acerca de una evaluación de fertilidad y los posibles tratamientos. Las afecciones que pueden contribuir a la infertilidad en las mujeres incluyen endometriosis, incapacidad para ovular, fibromas uterinos (crecimientos benignos en el útero), trompas de Falopio bloqueadas e infertilidad masculina.
Aumento del riesgo de anomalías genéticas: a medida que las mujeres envejecen, sus óvulos no se dividen bien y pueden ocurrir problemas genéticos. El trastorno genético más común es el síndrome de Down. Éste es causado por la presencia de un cromosoma adicional que provoca discapacidad intelectual y defectos en el corazón y otros órganos. Aunque todavía el riesgo es relativamente bajo, este se incrementa de forma significativa si la madre tiene 35 años o más. Si se le hacen pruebas a 1,000 mujeres de 33 años, cinco de ellas tendrán un bebé con cromosomas anormales. Si se le hacen pruebas a 1,000 mujeres de 40 años, 25 de ellas tendrán un bebé con un problema de cromosomas. El riesgo continúa aumentando a medida que las mujeres envejecen.
En la actualidad, hay disponibilidad de dos exámenes para detectar anomalías cromosómicas relativamente temprano en el embarazo: amniocentesis y muestra de vellosidades coriónicas. Estos exámenes en realidad implican un ligero riesgo de aborto espontáneo. También existen pruebas de detección no invasivas que examinan los niveles de marcadores bioquímicos en su sangre y mediciones con ultrasonido. Los resultados anormales indican un aumento del riesgo de síndrome de Down y por lo general se recomiendan pruebas diagnósticas (amniocentesis y muestra de vellosidades coriónicas). Si usted opta por realizarse estas pruebas y hay una anomalía, tendrá que decidir si desea continuar o interrumpir el embarazo.
Pérdida del embarazo: una mujer mayor de 35 años tiene un riesgo más alto de aborto que las mujeres más jóvenes. Para una mujer mayor de 40 años, el riesgo es más del doble en comparación con una mujer de 20 años o iniciando los 30. La mayoría de las veces, estos abortos son producto de anomalías cromosómicas, las cuales son más comunes en mujeres mayores de 35 años.
Problemas de salud durante el embarazo: algunos problemas comunes en mujeres mayores de 40 años incluyen la diabetes y la presión arterial alta. Si usted presenta alguna de estas afecciones, será más susceptible a enfrentar problemas durante su embarazo. Y aunque no tenga ninguna de estas enfermedades, las mujeres mayores son más propensas a padecer diabetes gestacional e hipertensión arterial inducida por el embarazo. Además, existe un mayor riesgo de presentar problemas con la placenta y sangrado durante el embarazo.
Preeclampsia: el riesgo de preeclampsia y eclampsia es mayor en las mujeres que tienen su primer bebé a una edad avanzada. Las razones de esto no son muy claras. En algunos casos, sucede como resultado de tener hipertensión arterial o diabetes antes de quedar embarazadas. La preeclampsia es una complicación grave que puede aparecer durante el embarazo. Puede provocar hipertensión arterial, inflamación de la cara y de las manos y presencia de proteína en su orina. En consecuencia, puede dañar su sistema nervioso y provocar convulsiones, accidente cerebrovascular y otras complicaciones graves.
Problemas en el parto: el riesgo de tener problemas en el parto aumenta para las mujeres mayores de 35 años y aún más para las mujeres mayores de 40 años que están dando a luz a su primer bebé. Los estudios han demostrado que las mujeres mayores tienen más probabilidades de prolongar la segunda etapa del parto y de sufrimiento fetal. Esto incrementa la probabilidad de tener un parto vaginal asistido con fórceps o ventosa o de una cesárea. Las mujeres mayores también tienen un mayor riesgo de dar a luz a un mortinato.
Partos múltiples: con un embarazo tardío aumenta la incidencia de dar a luz gemelos o trillizos, incluso sin utilizar medicamentos para la infertilidad. Los embarazos múltiples se consideran de alto riesgo.
Aunque tener un bebé a una edad tardía puede presentar un alto riesgo de complicaciones, la mayoría de las mujeres mayores tienen bebés saludables. Una vez que se ha informado sobre los riesgos potenciales, usted puede enfocarse en todas las cosas que tienen que ver con un embarazo saludable a cualquier edad. Estas cosas incluyen una dieta y nutrición apropiada, buenos cuidados prenatales y prepararse tanto emocional como económicamente para su bebé y los cuidados que serán necesarios.
Puede haber ventajas para el hecho de esperar hasta ser mayor para tener un bebé. Con frecuencia, las mujeres y los hombres mayores consideran que son más pacientes y realistas para enfrentar el desafío de un nuevo bebé de lo que hubieran sido antes en su vida. Asimismo, pueden disfrutar mejor la felicidad de ser padres. Del mismo modo, habiendo establecido sus carreras, sienten que tienen más tiempo para dedicárselo a su bebé.