"HELLP" (sigla en inglés) representa los tres elementos importantes del síndrome: (H) hemólisis, (EL) enzimas hepáticas elevadas y (LP) conteo bajo de plaquetas. La hemólisis implica la destrucción de los glóbulos rojos.
Es una afección rara, pero potencialmente mortal que se presenta en un 0.2% a 0.6% de los embarazos y en un 10 a un 20% de las mujeres con preeclampsia. Aunque todavía no se conoce del todo la causa de este síndrome, puede llevar a insuficiencia pulmonar y cardiaca, daños hepáticos y renales permanentes, sangrado interno, accidente cerebrovascular y otras complicaciones serias en la madre. También puede causar el desprendimiento temprano de la placenta (desprendimiento prematuro de la placenta) de la pared uterina, lo cual puede provocar la muerte del feto. Otras complicaciones serias para el feto incluyen restricción del crecimiento intrauterino y síndrome de insuficiencia respiratoria.
Aproximadamente el 1% de las mujeres con síndrome HELLP y del 7 al 20 % de sus bebés mueren a consecuencia del mismo.
Aunque cualquier mujer embarazada puede adquirir el síndrome HELLP, algunas pueden correr mayor riesgo, incluyendo aquellas que:
La mayoría de las mujeres afectadas desarrollan el síndrome HELLP en su tercer trimestre, aunque algunas veces esta afección se presenta en el segundo trimestre o en la semana posterior al parto.
Este síndrome puede enfermar mucho, mucho a las madres. En un estudio de mujeres con HELLP, más de la mitad necesitó una transfusión de sangre. Las complicaciones pueden requerir tratamientos invasivos como una diálisis, para la insuficiencia renal, e intubación para la inflamación grave de los pulmones.
Los síntomas incluyen fatiga, malestar general, dolor en la parte superior derecha del abdomen, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, visión borrosa y retención de agua acompañada por aumento excesivo de peso. También algunas mujeres presentan convulsiones. Debido a que la mayoría de estos síntomas son comunes en un embarazo normal o enmascaran otros padecimientos como la gripe, el síndrome HELLP es difícil de diagnosticar. Si tiene alguna crisis epiléptica, dolor abdominal o síntomas seudogripales, infórmelo inmediatamente a su médico.
Si su médico sospecha el síndrome, le ordenará que se realice un conteo sanguíneo completo (hemograma), para detectar indicios de anemia hemolítica, y un conteo de plaquetas. También le ordenará que se realice pruebas de función hepática que detecten enzimas específicas que indiquen daño al hígado y también puede ordenarle que se haga estudios de coagulación de la sangre.
Muchas otras enfermedades que implican anomalías en los vasos sanguíneos y en la coagulación pueden confundirse con el síndrome HELLP. Estas incluyen: lupus eritematoso sistémico (LES), esteatosis hepática aguda del embarazo (HGA), púrpura trombocitopénica trombótica (PTT) y otras enfermedades vasculares del colágeno.
El tratamiento de primera línea es dar a luz al bebé lo más pronto posible si está cerca del término del embarazo. Su médico puede inducir el parto (con o sin el uso de agentes de maduración cervical) o programar una cesárea temprana.
Su médico puede darle medicamentos para controlar o prevenir complicaciones como presión arterial alta o convulsiones. Si los problemas de anemia o de sangrado son graves, su médico podría practicarle una transfusión de sangre. También puede administrarle corticosteroides para ayudar a que los pulmones del bebé se desarrollen más rápidamente en preparación para un parto prematuro.
El síndrome HELLP no puede prevenirse, pero la detección temprana del mismo aumenta las probabilidades de que usted y su bebé sobrevivan. Es por esta razón que usted debe informarle inmediatamente al médico sobre cualquier tipo de convulsiones, dolores de cabeza persistentes, visión borrosa o dolor abdominal.
P: ¿Cómo afectará el síndrome HELLP a mi bebé?
R: Su bebé puede experimentar complicaciones relacionadas con su inmadurez, como el síndrome de insuficiencia respiratoria. Es posible que necesite permanecer en una unidad de cuidados intensivos para neonatos, donde lo pueden vigilar minuciosamente a medida que se va desarrollando. Es menos probable que el síndrome HELLP le cause daño a su bebé si usted se encuentra próxima a las 37 semanas y los resultados de sus exámenes de laboratorio están cerca del nivel normal. Si ocurre un desprendimiento de la placenta, se produce una falta de flujo sanguíneo hacia el bebé y podría sufrir una lesión grave.