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Placenta previa

Es una afección que se presenta durante el embarazo cuando la placenta se implanta en la parte baja del útero, obstruyendo la abertura cervical hacia la vagina.

Placenta previa

Durante el embarazo, el útero se expande lejos del cuello uterino. La placenta se reubica a medida que el útero se estira y crece. Al tercer trimestre, la placenta debe estar cerca de la parte superior de su útero, dejando despejada la abertura cervical para el momento del parto. Sin embargo, algunas veces, la placenta permanece en la parte baja del útero, cubriendo parcial o totalmente la abertura cervical. Esta afección, llamada placenta previa, requiere que a usted le hagan una cesárea y, en algunos casos, provoca sangrados o hemorragias graves y potencialmente mortales.

Existen tres tipos de placenta previa:

La placenta previa se presenta en uno de cada 200 embarazos. Es más común en las mujeres que tienen miomas uterinos, útero anormalmente desarrollado o cicatrización en la pared uterina, causados por embarazos anteriores, cesáreas, cirugías uterinas o abortos. Las mujeres que fuman o tienen hijos a una edad avanzada también tienen un mayor riesgo.

¿Cómo sé que la tengo?

El principal síntoma de placenta previa es un sangrado vaginal indoloro que, con frecuencia, se presenta casi al final del segundo trimestre o al inicio del tercero. No hay dolor o sensibilidad abdominal asociada al sangrado. El flujo puede ser ligero o fuerte y de color rojo claro. El sangrado puede parar por sí solo, pero puede comenzar nuevamente días o semanas después.

Su médico diagnosticará sus síntomas y detectará la ubicación de su placenta con un examen de ultrasonido.

Cerca del 7% al 30% de las mujeres con placenta previa no experimentan síntomas de sangrado vaginal antes del parto. En estos casos, el diagnóstico puede resultar de un examen de ultrasonido de rutina. Algunas veces la condición sigue sin ser descubierta hasta el parto.

¿Cómo puedo tratarla?

Si la placenta se encuentra cerca del cuello uterino o cubriendo parte de éste, la colocarán en un programa modificado con reposo en cama. A usted también se le darán instrucciones sobre el descanso pélvico, lo cual significa que no se debe poner nada dentro de la vagina, incluyendo no tener relaciones sexuales ni hacerse duchas. Sin embargo, si hay sangrado, es muy probable que sea ingresada en el hospital para realizar un control minucioso. Una vez que usted alcance una fecha probable de parto en condiciones saludables, es muy probable que su médico extraiga al bebé por medio de una cesárea. Se puede realizar una cesárea de emergencia antes de este período si la placenta cubre completamente el cuello uterino y el sangrado es intenso o potencialmente mortal. Los médicos sopesarán cuidadosamente su riesgo de una hemorragia continua en comparación del riesgo de un nacimiento prematuro para su bebé.

Ya que en la mayoría de los casos la placenta previa puede diagnosticarse con precisión antes de que la madre o el feto se encuentre en serio peligro, ésta ya no representa tanta amenaza para los bebés y las madres como antes. El mayor riesgo es que una hemorragia intensa obligue a que el parto de su bebé sea prematuro.

Algunas mujeres con placenta previa también tienen una placenta adherente. Esto es más común entre mujeres que previamente han tenido una cesárea o una cirugía anterior dentro del útero (como una dilatación y legrado o una miomectomía). Si usted tiene una placenta adherente, puede tener un sangrado muy profuso después del parto de su bebé. Las mujeres con placenta adherente algunas veces necesitan que les extirpen el útero (una histerectomía) después del parto.

¿Cómo puedo prevenirla?

Si bien la placenta previa realmente no puede prevenirse, lo mejor es conocer las afecciones que pueden provocarla. Si usted tiene antecedentes de miomas uterinos, cesárea, útero desarrollado en forma anormal o cicatrización de la pared uterina provocadas por varios embarazos, abortos o cirugías uterinas, comuníquelo a su médico tan pronto se dé cuenta de que está embarazada.

Preguntas frecuentes

P: Tengo dos meses de embarazo y tengo la placenta baja. ¿Debo preocuparme si tengo placenta previa?

R: En las primeras etapas del embarazo, es muy común tener la placenta baja. Pero a medida que el embarazo avanza, el útero agrandado debe "halar" la placenta hacia la parte superior del mismo. El 90 por ciento de las mujeres que tienen una placenta previa en su ultrasonido temprano en su embarazo no tendrán una placenta previa cuando sea la hora del parto. Su proveedor de atención en salud controlará la evolución de su placenta a lo largo de su embarazo. Si su placenta continúa baja en el tercer trimestre, su proveedor de atención en salud vigilará cuidadosamente si hay señales de placenta previa.

P: Si tuve placenta previa anteriormente, ¿cuáles son mis probabilidades de tenerla durante mi próximo embarazo?

R: La incidencia de placenta previa aumenta con cada embarazo. Su proveedor de atención en salud controlará la posición de su placenta en una ecografía temprana y la vigilará estrechamente durante su próximo embarazo.

P: ¿Cuál es la diferencia entre placenta previa y desprendimiento de placenta?

R: Con la placenta previa, la placenta está ubicada sobre o cerca del cuello uterino, en la parte baja del útero. La placenta generalmente obstruye la abertura cervical de la vagina. Con el desprendimiento, la placenta se separa parcial o completamente de la pared uterina, antes de que se presente el parto. Las dos afecciones son muy diferentes y no están necesariamente relacionadas.




Actualizado: 12/9/2012
Versión en inglés revisada por: Irina Burd, MD, PhD, Maternal Fetal Medicine, Johns Hopkins University, Baltimore, MD. Review provided by VeriMed Healthcare Network.
Traducción y localización realizada por: HolaDoctor
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