Para comprender la trayectoria por la que se desplazan los espermatozoides, demos un vistazo a algunos de los principales órganos reproductores masculinos.
Aquí están los testículos, la uretra, el vaso deferente, la próstata, la vesícula seminal y el pene.
En efecto, los testículos están compuestos por estructuras enrolladas llamadas túbulos seminíferos, que es donde se producen los espermatozoides.
La estructura ubicada arriba de los túbulos seminíferos es el epidídimo. Los espermatozoides llegan ahí para madurar y luego se almacenan ahí.
El pene se llena de sangre y se pone erecto. Luego, si hay suficiente estimulación, el proceso de eyaculación comienza.
Aquí se pueden observar los espermatozoides maduros mientras se desplazan del epidídimo a través del vaso deferente, un tubo muscular, que empuja los espermatozoides hacia delante gracias a contracciones de músculo liso. El esperma llega primero a la ampolla, en donde se agregan las secreciones de la vesícula seminal.
Desde la ampolla, el fluido seminal es impulsado a través de los conductos eyaculatorios hacia la uretra, pasando primero por la próstata, en donde se agrega un fluido lechoso para formar el semen.
Finalmente, el semen es expulsado hacia afuera, o eyaculado, en el extremo final de la uretra.
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