Los bebés se alimentan a intervalos diferentes, dependiendo de su edad y personalidad. Por lo general, la leche materna se digiere más rápidamente que la maternizada, por lo que los bebés que toman leche materna se amamantan cada 2 a 3 horas. Pero mire a su bebé, no el reloj. Un bebé que tiene hambre estará despierto y alerta, succionandose los dedos y moviendo la boca. Si se le toca la mejilla, moverá la boca hacia la fuente del contacto. Esto se llama "reflejo de búsqueda" y es la forma que tiene su bebé para decir que quiere comer. Llorar es un signo tardío de hambre. Si mira a su bebé y le ofrece el pecho cuando tiene hambre, vaciará sus senos regularmente y evitará la congestión mamaria. Tenga en cuenta que pueden pasar algunas semanas para que sus mamas produzcan de manera constante la cantidad correcta de leche en el momento correcto.
La leche maternizada para bebés es más difícil de digerir que la leche materna, por lo que se demora más tiempo para atravesar su sistema. Por lo tanto, los bebés alimentados con biberón pueden comer cada cuatro horas.
Sin importar el método que seleccione para alimentar a su bebé, la leche entera de vaca no se debe suministrar hasta que el bebé tenga un año. Los bebés menores de un año tienen dificultad para digerir este tipo de leche.
Entre los seis y doce meses, usted puede empezar a introducir alimentos sólidos. Dichos alimentos deben introducirse uno a la vez, lo cual permite observar reacciones alérgicas. Los alimentos nuevos sólo deben darse cuando el niño tenga hambre. A los seis meses o cuando su médico lo recomiende, puede comenzar a alimentarlo con comidas molidas, coladas y en puré. Entre los seis y siete meses puede comenzar a darle galletas saladas, verduras y frutas. Entre los nueve y doce meses, puede comer alimentos preparados comercialmente y picados. Hable con su pediatra para recibir más consejos acerca de la introducción de alimentos sólidos.