Durante la primera semana posparto, usted y su pareja experimentarán muchos cambios emocionales, que pueden oscilar entre euforia, sentimientos de insuficiencia y frustración. ¡Es una lástima que este pequeño nuevo ser no traiga consigo un manual de instrucciones! Nunca dude en llamar al médico o al pediatra si tiene inquietudes.
Sin embargo, la buena noticia es que hay a disposición numerosos recursos, desde familiares y amistades experimentadas hasta libros educativos y proveedores de atención en salud. Siempre es mejor prepararse con anticipación, de manera que es buena idea asistir antes del parto a un curso de cuidados para el recién nacido. Algunos cursos se ofrecen después del parto, pero es bueno si puede tomarlos antes, en caso de que esté demasiado cansada como para asistir después del parto o en caso de que desee invertir el tiempo pegada a su nueva familia. Habitualmente se tratan los siguientes temas, entre otros:
Generalmente, también se aborda la seguridad del asiento para el carro.
Durante esta semana emocionante y agotadora, usted y su bebé recién nacido aprenderán mucho el uno del otro. Con la práctica (y usted adquirirá muchas), sus habilidades -- como vestir, alimentar y cambiar los pañales al bebé -- mejorarán, al igual que su confianza. Al principio, prepárese para sentirse como una novata.
Independientemente de si decide amamantar a su bebé o darle biberón, esto sucederá con mucha frecuencia y supondrá esfuerzo. Esta semana maravillosa y desafiante estará llena de actividades como dar de comer, sacar gases, cambiar pañales, dormir, y después dar de comer nuevamente, sacar gases y cambiar pañales y ropa. Para finales de la primera semana, la mayoría de los nuevos padres ya han desarrollado una "rutina", la cual puede ser de gran ayuda, a pesar de que a ratos todavía se sientan sobrecargados.
Recuerde, por sobre todo, que su bebé es un recién nacido por tan solo unas pocas semanas. Deje a un lado todo lo demás: las notas de agradecimiento por los regalos al bebé, el trabajo hogareño, cocinar, lavar la ropa no esencial, y concéntrese en lo básico: comer, dormir y alimentar a su bebé. Pídale ayuda a otras personas para que se encarguen de otros asuntos de la casa. Duerma siempre que el bebé cierre sus ojos, porque puede dar por hecho que el bebé estará despierto y con ganas de jugar a la noche. ¡Todo lo demás puede esperar!