Con frecuencia, amamantar es una experiencia placentera y gratificante para las madres, aunque también puede ser difícil y un desafío, particularmente al principio. Una madre que amamanta debe continuar cuidando de su bebé y de sí misma, tal como lo hizo durante el embarazo.
Por lo general, las mujeres que amamantan deben obtener los nutrientes necesarios a través de una dieta variada y bien balanceada, en lugar de suplementos vitamínicos y minerales. Consuma cantidades generosas de frutas y verduras, panes y cereales integrales, productos lácteos ricos en calcio y alimentos con un alto contenido proteínico (carnes, pescado y legumbres). Asegúrese de consumir suficientes calorías.
Éstas son sólo recomendaciones generales y usted puede necesitar comer más de estos alimentos según su talla y nivel de actividad.
Las madres lactantes necesitan suficientes líquidos para mantenerse hidratadas: la mayoría de los expertos recomiendan tomar suficiente líquido para satisfacer la sed. Ocho porciones de 8 onzas cada una (en total 64 onzas) de líquido como agua, leche, jugo o sopa es una buena meta, pero tenga cuidado de no tomar demasiado jugo, ya que éste tiende a ser una fuente de líquidos rica en azúcar pero baja en nutrientes.
Las madres que amamantan pueden comer cualquier comida que les guste, sin ningún problema. Algunos alimentos pueden afectar el sabor de la leche materna, pero por lo general los bebés no tienen ninguna reacción. Si su bebé se muestra reacio después de que usted come un determinado alimento, trate de no comerlo por un tiempo y después retome su consumo, para ver si este es el problema.
No restrinja su dieta excesivamente. Asegúrese de estar consumiendo suficientes alimentos nutritivos para usted y su bebé. Si usted se preocupa demasiado por los alimentos o especias que causan problemas, recuerde que existen países y culturas enteras con dietas que contienen alimentos muy condimentados. En estas culturas, las madres amamantan a sus niños sin problemas.
Es posible que algunos alimentos altamente alergénicos (fresas, nueces) puedan pasar a la leche materna e incrementar el riesgo de alergias en el bebé, en el futuro. Si hay un historial fuerte de alergias a la comida en su familia, hable con su pediatra sobre el particular.
Una madre lactante puede consumir sin problema cantidades moderadas de cafeína (equivalente a 1-2 tazas de café al día) sin causarle daño a su bebé. Sin embargo, consumir más de esta cantidad de cafeína puede provocar al bebé agitación y dificultad para dormir.
Dado que se ha encontrado alcohol en la leche materna humana y esto puede interferir con el reflejo de salida de la leche, es mejor no beber alcohol y amamantar al bebé al mismo tiempo. Tienen que pasar 3 horas para que desaparezca el alcohol de un solo trago (1 oz. de licor, 12 oz. de cerveza o 5 oz. de vino) de su organismo. Un par de vasos de vino por semana generalmente es aceptable, pero trate de sincronizar el momento de tomarlos para inmediatamente después de alimentar a su bebé. De esta manera, la mayor parte del alcohol estará fuera de su organismo antes de que usted necesite alimentar al bebé de nuevo.
Si usted fuma, es un buen momento para dejar de hacerlo por su bien y el de su bebé. Se ha encontrado nicotina y otros químicos de los cigarrillos en la leche materna. Si usted no puede dejar de fumar, trate de limitar el número de cigarrillos lo más que pueda, cambie a una marca que contenga menos nicotina y visite periódicamente al médico. Si no puede dejar de fumar, vale la pena saber que un estudio grande sugiere que las madres que fuman y amamantan tienen bebés más saludables que las madres que alimentan a sus bebés con leche materna obtenida con extractor y con biberón. Por supuesto, usted igualmente debe tener cuidado y abstenerse de fumar en torno a su bebé para prevenir una lesión pulmonar a causa del tabaquismo pasivo.
Muchos medicamentos (con o sin receta médica) son absorbidos por la leche materna. La mayoría son seguros, pero verifique con su pediatra antes de tomar algún medicamento. No deje de tomar ningún medicamento prescrito, sin antes hablar con su doctor.
El Comité de medicamentos de la Academia Americana de Pediatría, emite periódicamente una declaración con una lista de los medicamentos y su compatibilidad con la leche materna. Probablemente su obstetra y su pediatra conozcan esta publicación y puedan responder sus preguntas sobre el amamantamiento y el consumo de medicamentos.
La mayoría de las mujeres que amamantan no tienen períodos menstruales normales en los primeros meses después del nacimiento de su bebé. Esto se llama amenorrea durante la lactancia. Aunque el riesgo de embarazo es menor para una mujer que está amamantando y aun no ha tenido su periodo, el embarazo PUEDE producirse en este período. El amamantamiento no puede utilizarse como un método anticonceptivo, ya que es probable que falle.
Usted debe hablar con su médico sobre las opciones de planificación familiar. Los métodos de barrera (condones, diafragmas), los anticonceptivos de progesterona (orales o inyectables) y los DIU (dispositivos intrauterinos) han demostrado que son seguros y efectivos. La combinación de anticonceptivos de progesterona/estrógenos generalmente no se empieza hasta que el suministro de leche se encuentre establecido, por lo regular a las cuatro semanas después del parto.
Las métodos anticonceptivos que contienen estrógeno no se recomiendan para las madres lactantes después del parto, ya que pueden afectar el suministro de leche.
Las mujeres pueden salir embarazadas cuando amamantan, aunque algunas mujeres no tienen su período menstrual mientras lo hacen. Esto se debe a cambios hormonales que impiden la ovulación. Sin embargo, es imposible predecir cuándo una mujer volverá a ovular y menstruar. De hecho, algunas mujeres ovulan y conciben nuevamente, antes de volver a tener su período menstrual.
Las madres enfrentan obstáculos peculiares para mantener el suministro adecuado de leche una vez que regresan a su trabajo. Con planificación, compromiso y el uso adecuado de un extractor de leche, las mujeres lactantes pueden mantener su suministro de leche y continuar amamantando después de regresar a su trabajo.
Una licencia por maternidad es útil para establecer su suministro de leche y las destrezas para la lactancia materna antes de regresar a trabajar. Comience a almacenar leche por algunas semanas antes de que regrese al trabajo y guárdela en la nevera. La mayoría de las mujeres descubren que no pueden extraer tanta leche como el bebé necesita en su primera semana de regreso al trabajo y tener leche extra en la nevera ayuda a facilitar la transición.
Antes de su primer día de regreso, busque lugares donde pueda extraer leche en su lugar de trabajo. Un lugar de trabajo ideal brindará un cuarto privado para las madres lactantes, con una silla cómoda. Si usted tiene su propia oficina y puede cerrar la puerta, es más fácil extraer leche allí: tan solo cierre la puerta y hágale saber a sus colegas que toquen antes de entrar. Si no tiene esa clase de privacidad, fíjese si puede pedir prestada la oficina de una colega o encontrar alguna oficina o sala de conferencias que no esté en uso. Si todo eso falla, puede recurrir a una silla plegable en la cabina de un baño, pero explore otras opciones primero.
Por eficiencia, la mejor que puede hacer es conseguir un doble extractor eléctrico. Éstos son más caros pero le permiten bombear leche de ambas mamas en 10 a 20 minutos, permitiéndole volver al trabajo ¡y en última instancia, a casa para ver a su bebé, con mayor rapidez!
Para simplificar su vida, compre varios juegos de partes de extractores y llévelos al trabajo en bolsas de plástico. De esa manera, no tendrá que lavar y secar las partes de los extractores durante el día.
A continuación le detallamos algunos consejos prácticos que han funcionado, para muchas madres que amamantan y trabajan 8 horas al día fuera del hogar.
Existen varios tipos de extractores de leche en el mercado, con diferentes niveles de comodidad, eficiencia y costo. La mayoría de ellos requieren tiempo para aprender a utilizarlos. Hay extractores que pueden ser operados manualmente, con batería o eléctricos.
Los más útiles, eficientes y cómodos son los los extractores eléctricos, funcionan de manera intermitente (succionan y dejan de hacerlo automáticamente), extraen leche de ambos senos simultáneamente y requieren de un entrenamiento mínimo.
Cuando comience a usar un extractor, recuerde que no se trata de una situación en la que si no hay dolor, significa que nada está ocurriendo. Si ha ajustado la configuración del extractor de tal modo que le causa dolor, no obtendrá más leche por ello: ¡simplemente tendrá pezones con moretones!
Su consultor local de lactancia materna, puede ayudarle a elaborar un plan realista y recomendarle un proveedor de extractores de leche que le brinde una asistencia continua.