Los glóbulos rojos son las células en la sangre que llevan el oxígeno de los pulmones a todos los tejidos del cuerpo a través de la sangre bombeada por el corazón. A medida que se alejan del corazón, atraviesan arterias cada vez más pequeñas hasta llegar a los grupos de vasos sanguíneos microscópicos conocidos como capilares. Los capilares contienen una alta concentración de oxígeno y nutrientes, mientras que los tejidos circundantes contienen una concentración menor. A través de un proceso llamado difusión, estas partículas abandonan los capilares y entran a los tejidos del cuerpo.
Y viceversa, los tejidos corporales contienen altas concentración de dióxido de carbono y desechos metabólicos, mientras que los capilares tienen una concentración menor. En este caso, los desechos se difunden de los tejidos a los capilares y de allí son llevados por el sistema venoso de regreso al corazón.
Los desechos finalmente se eliminan del torrente sanguíneo a través de los sistemas urinario y respiratorio. El intercambio de nutrientes es un ciclo continuo que suministra constantemente oxígeno y nutrientes al cuerpo a la vez que retira dióxido de carbono y desechos metabólicos.
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